Uno de los miedos más comunes que tienen las personas en la recuperación de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) es el miedo al posible cambio físico que se pueda producir en ese proceso.
Sería simplificar mucho si decimos que un TCA es una enfermedad que se produce únicamente por la preocupación por el cuerpo (estar delgadas, no engordar). Nada más lejos de la realidad. Los TCA son trastornos sumamente complejos y multifactoriales, pero sí es cierto que, en muchas ocasiones (por no decir todas), la preocupación por el físico está muy presente.
Los TCA producen mucho sufrimiento en las personas que los padecen y también en su entorno. Este sufrimiento puede llegar a ser devastador y, cuando ese coste es ya tan grande, es cuando muchas veces las personas piden ayuda profesional.
Parte de la curación va a ser establecer patrones de conducta adecuados en los que la persona equilibre su alimentación para poder estar sana. Hay perfiles muy restrictivos en los que se consumen muy pocas calorías al día y en los que hay muy poca variedad de alimentos. Indudablemente, estas personas tendrán que exponerse a más alimentos y consumir más cantidad de lo que consumen.
Hay otros perfiles de personas que también restringen y después se pegan atracones con el consecuente baile en la báscula que esto produce.
Otras personas llevan a cabo conductas restrictivas como pueden ser vómitos, toma de laxantes, actividad física exagerada…
Como decíamos, parte de la curación supondrá realizar cambios en todo esto para reestablecerse nutricionalmente y esto puede llevar ciertos cambios en el cuerpo que asustan mucho.
Es curioso cómo, cuando hablamos de cambio físico, vemos como algo positivo el cambio mental pues lo podemos relacionar con evolución, crecimiento, sabiduría, experiencia… Nadie querría ser siempre igual y mantenerse estático en cuanto a madurez emocional y experiencia de vida. Ahí entendemos que el cambio es bueno y, además, inevitable.
¿Por qué entonces luchamos tanto contra el cambio físico del cuerpo y de nuestra imagen en general?
Sin duda, los cánones de belleza actuales tienen mucho que ver en esto. La sociedad ejerce una gran presión acerca de cómo se supone que deberían ser nuestros cuerpos (quizá más aún si eres mujer).
Cánones, por cierto, alcanzables solo por una pequeña parte de las personas sin tener que poner en riesgo la salud. Por eso es entendible que las personas persigan delgadez y se aterroricen ante la idea de tener un cuerpo gordo, pues la sociedad es cruel y estigmatizante con los cuerpos gordos.
Por no hablar también del mito de la eterna juventud que tenemos que mantener a toda costa cuando envejecer es algo totalmente natural (también inevitable, por cierto). Por el contrario, para evitar las arrugas, las canas o lo que sea que vaya relacionado con el envejecimiento, se consumen miles productos e, incluso, intervenciones de cirugía estética que, a menudo, ponen en riesgo la salud con el único objetivo de seguir siendo eternamente jóvenes (o al menos parecerlo, ya que en nuestra sociedad envejecer parece un delito).
Detrás de todo hay una industria frotándose las manos con la cantidad de dinero que ganan con las inseguridades y la insatisfacción que ellos mismo crean. Negocio redondo y todos contentos. ¿Seguro que todos? Que se lo digan a los miles y miles de personas que tienen un TCA, dismorfia corporal, problemas de salud y de autoestima derivado de cirugías y tratamientos, dietas restrictivas o cualquier otro método para conseguir tales fines.
Nuestra salud no es un juego. Como dijo Naomi Wolf “una sociedad obsesionada con la delgadez de las mujeres no es una sociedad que se preocupa por la salud de las mismas, sino por el control de estas”.
Soy Marisa Maza y tengo la suerte de poder ejercer, como profesión, mi gran pasión: la psicología.
Actualmente, llevo ya unos años con mi propia aventura emprendedora y dirijo mi propio centro de psicología en Bilbao atendiendo, tanto de forma presencial como online.
Mi compromiso es ayudarte a recuperar tu salud mental. Será un placer para mí acompañarte si así lo decides.