A menudo las personas me preguntan si es posible la recuperación de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) y yo siempre respondo de la misma manera, “¿qué es para ti la recuperación de un TCA?”.
Muchas de las pacientes creen que estarán recuperadas el día que no piensen nunca en comida, en compensar o que no les preocupe en absoluto su peso, pero la realidad es que vivimos en una sociedad que, por desgracia, da un excesivo valor a la imagen corporal. Esta sociedad es tremendamente gordófoba y promulga cánones de belleza muy concretos e imposibles de alcanzar para la mayoría de las personas (hombres y mujeres).
Esta sociedad condena de forma cruel los cuerpos gordos, afirmando que las personas que los poseen son débiles, sin fuerza de voluntad y se alimentan mal. Yo no digo que, en algunos casos, esto pueda ser cierto. Sí, hay personas gordas que comen muy mal, pero también hay personas delgadas que lo hacen. Al igual que hay personas con cuerpos gordos que comen estupendamente y hacen ejercicio. Y esto es así.
Ante este planteamiento de constante juicio y discriminación hacia las personas gordas es lógico que nadie quiera estarlo. Obviamente, todos queremos estar en el lado del privilegio que, en lo que se refiere a cuerpos en esta sociedad, es estar delgado. Si, si, hablo de privilegios porque es un privilegio poder entrar a cualquier tienda de ropa y encontrar tu talla sin problemas.
Es un privilegio poder comer tranquilamente por la calle sin que se posen sobre ti miradas juiciosas (“mira la gorda comiéndose un bollo. Así está ella…”). Es un privilegio ir al médico porque te duele la rodilla, el ojo, el brazo o lo que sea y no salir sin una recomendación de una dieta en la mano. Y así, tantas y tantas cosas.
En un proceso terapéutico de recuperación de un trastorno de la conducta alimentaria se ha de trabajar de forma integral atendiendo a las características de la persona en particular y todas las parcelas de su vida, pero no podemos dejar de lado este contexto. De lo contrario, fortaleceremos a la paciente a nivel individual, pero no la dotaremos de herramientas para que pueda gestionar la realidad (triste e injusta realidad) que puede encontrar cuando salga a la calle, vea la televisión o reciba comentarios de su entorno.
¿Entonces qué es recuperarse de un TCA?
La recuperación del trastorno de la conducta alimentaria implica tener una relación sana con la comida y con el cuerpo. Implica poder comer de una forma más intuitiva conectada a las necesidades reales. Comer libremente sin contar calorías, sin pesar cantidades, sin compensar. Simplemente escuchando tu hambre y honrándola como merece.
Recuperarse es gestionar las emociones más allá de la comida.
Pero hay que tener presente que, aun estando recuperada, puede en algún momento aparecer esa vocecilla interna que juzga. También puede aparecer el deseo de adelgazar o el miedo a engordar. O quizá la tentación de compensar una comida copiosa no cenando a pesar de tener hambre…
¿Cuál es entonces la diferencia entre estar recuperada o no si los pensamientos y deseos pueden llegar a ser los mismos?
Una diferencia notable tras haber transitado por un proceso terapéutico es, sin duda, el autoconocimiento y la psicoeducación adquirida en él. Es decir, tras dicho proceso vas a conocer y a identificar conductas de restricción, por ejemplo, que antes no identificabas. Vas a conocerte mejor y, por tanto, acompañarte mejor. Serás una buena amiga para ti misma y no tu peor enemiga.
Además, cuando aparezcan esos deseos, pensamientos, emociones (que en recuperación serán menos frecuentes e intensos) que te tienten a volver a lo anterior, los identificarás pronto y podrás reconducir la situación sin dejar que estos controlen tu vida y tu conducta.
Es importante tener paciencia en la recuperación del trastorno de la conducta alimentaria, confiar en ti y entender que no puede ser de un día para otro porque tampoco enfermaste de un día para otro.
Sé justa contigo, valora tus logros y avances, trátate con amor. También a esto aprendemos en consulta.
Si has llegado hasta aquí, te mando un fuerte abrazo. Sé que es difícil y que, a veces, crees que nunca lo lograrás, pero, desde mi experiencia profesional, te puedo decir que he acompañado a muchas personas en su recuperación del trastorno de la conducta alimentaria y que sí, rotundamente sí, esta es posible. ¿Conectamos?
Soy Marisa Maza y tengo la suerte de poder ejercer, como profesión, mi gran pasión: la psicología.
Actualmente, llevo ya unos años con mi propia aventura emprendedora y dirijo mi propio centro de psicología en Bilbao atendiendo, tanto de forma presencial como online.
Mi compromiso es ayudarte a recuperar tu salud mental. Será un placer para mí acompañarte si así lo decides.
Estoy de acuerdo con lo que dices,es muy difícil salir de un TCA cuando los propios nutricionistas que orientan hacia un modo de vida saludable recomiendan ,ayuno intermitente,dieta cero,etc etc,yo no digo que no sea saludable pero no creo que contemplen a las personas con TCA,no crees?
Gracias por tu buen hacer
Totalmente de acuerdo contigo Montserrat. Para una persona con un TCA el ayuno intermitente no es para nada recomendable. Esa restricción de tantas horas va a llevarla muy fácilmente al atracón. Tampoco lo recomendaría para personas que ya se han recuperado de ello incluso hace años, pues puede despertar viejos fantasmas. Muchas gracias por tu comentario, aporta mucho.